martes, 17 de noviembre de 2015

Dia 9 Islares - Noja 30,95 Km

Querido Camino,
Ya me tienes un poco cansadito. No se trata solamente de que seas interminable, agotador, que me mates de hambre, sueño y dolor. Es que ademas, juegas conmigo. Te lo estaras pasando bien, no?.
Que sepas que ni el frio ni el calor, ni las montañas, ni el asfalto, me van a desanimar. Voy a seguirte. Voy hasta el final, aunque por el camino quede sangre sudor y lagrimas. No vas a poder conmigo, y aunque por las tardes parezca vencido, derrotado. Aunque en algunos momentos del dia te maldiga. Aunque me ocultes las fuentes cuando tengo mas sed, y desaparezcan las señales cuando estoy distraido. A pesar de todo, puedo mas que tu. Porque a cada paso te voy conociendo mas. Ya se donde me esperas. Ya conozco tus trucos. Conozco tus cantos de sirena que me invitan a seguirte a donde no quiero ir. Ya se como combatirte. Y aunque aun me faltan algo las fuerzas, ya se que cada tarde, llego a un albergue donde soy recibido como un sencillo peregrino. Y donde ya se agradecer con todo lo que tengo lo poco que recibo.
Y tambien porque en dias como hoy tengo la infinita suerte de una hermosa playa solitaria, un mar que me canta, y una puesta de sol para viajar en ella a cualquier momento y a cualquier lugar.
Voy solo, pero llevo a todos conmigo. Los de ahora y los de antes. Los dolores de ahora, me hacen olvidar los dolores de antaño y me lavan, me curan, me consuelan. Hacen brotar alguna lagrima. Dejan muchas sonrisas. Hoy me siento fuerte en la debilidad de mis limitaciones. Me siento acompañado en la soledad. Me vuelvo invisible y de repente inevitable a lis ojos ajenos. Me siento dueño, en este vivir que hoy vivo.
Ha sido un dia apacible. Una larga jornada de trabajo.
Desde el amanecer, rodando por caminos y carreteras. Quince kilometros hasta la primera parada en Laredo. Un mundo!. Pero que delicioso pase por la orilla del mar.
Hundiendome en la arena, saltando charcos. Recogiendo conchas. 
La charla con el barquero para cruzar a Santoña. Y el ultimo trecho hasta llegar a Noja, donde nos han colmado de atenciones. 
Otro paseo por la playa. Un atardecer que se te clava en el alma.
Y una litera...
Nada mas quiero.






No hay comentarios:

Publicar un comentario